domingo, febrero 26, 2012

Preparándonos para irnos: ¿por qué Australia?

Como habrán visto en mi post precedente, realmente no voy a hablar mucho de como fue nuestro proceso migratorio. De hecho, considero que hay muchos blogs que lo explican en detalle, y que prefiero recomendar:

En nuestro caso particular, nos decidimos por Australia por una sencilla razón: los tiempos. A pesar de haber tardado practicamente dos años en el proceso, en un principio la consideramos por encima de Canadá porque nuestro asesor migratorio "Viva en Australia" (VEA) nos dijeron que el proceso era sumamente rápido. De hecho, lo es pero en nuestro caso hubo un cambio de la política migratoria australiana que hizo que nos atrasáramos y cuyo único culpable fue nuestro asesor, quienes no tomaron en cuenta este cambio cuando fueron a introducir nuestros documentos en DIAC (la oficina de migraciones australiana); afortunadamente no nos hicieron pagar ningún extra porque fue su error, aunque no nos perdonaron con la asesoría para el patrocinio por parte de la región de South Australia, y nos cobraron un extra por la devaluación del dolar americano respecto al australiano, pero en general todo bien, a diferencia de muchas historias de horror que he leído sobre VEA.

Pero, retomemos el punto donde porque escogimos Australia sobre Canadá. El punto fundamental en nuestra decisión fue una muy simple, como dije anteriormente: el tiempo. El asesor migratorio que consultamos para ir a Canadá nos dijo que había un atraso de hasta dos años en obtener una respuesta desde el momento en que se ingresan los documentos a migraciones. Además, nos informaron que la única región por donde el procedimiento era rápido era Québec pero teníamos que aprender francés y esperar, esperar y esperar. Australia nos ofrecía rapidez. Efectivamente, una vez que introdujimos los documentos en migraciones, tardamos pocos meses en recibir el sí definitivo: introdujimos los papeles en Junio 2011 y nos dieron el sí en Agosto 2012 (mejor imposible).

Ya en este momento, luego de haber sacado de donde no tenemos la plata para irnos, nos faltan sólo dos semanas para irnos definitivamente de Venezuela. Todavía nos quedan muchas cosas por hacer: vender nuestros corotos, celebrar el último cumpleaños de mi hija en Venezuela, despedirme de mi familia y amigos. Es duro, pero ya estamos listo para vivir en el tercer país distinto del nuestro.


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