Cuando el trabajo de uno consiste en llevar a cabo una investigación de carácter científico siempre hay pequeños escollos de carácter práctico que te vas encontrando en el camino. Y no me refiero a problemas inherentes al trabajo científico en sí, tales como que la teoría y la práctica no coincidan, la falta de tiempo para llevar a cabo un trabajo, la falta de reactivos, el que hayan muchos caciques y pocos indios, las tareas fastidiosas que todo el tiempo deben llevarse a cabo, etc., etc., etc. Estos problemas que nombro pueden ser similares a los que se encuentran en cualquier trabajo, el detalle está cuando hay dos problemas que no son estrictamente relacionados con tu trabajo los que comienzan a molestar, en mi caso hablo de dos problemas fundamentales: uno práctico y otro teórico.
El problema práctico es el siguiente: tenemos un aparato, un potenciostato, con el cual llevamos medidas de impedancia electroquímica (similar a aquella observada en circuitos electrónicos) para caracterizar superficies. Hacia mediados de este año tuvimos un problema con el aparato: en ciertas frecuencias se observaban saltos que no seguían la tendencia general del aparato. Dichos saltos no estaban relacionados con los sistemas caracterizados, porque éstos se repetían en las mismas frecuencias independientemente de que estuviéramos estudiando. Eso nos llevó a mandar a reparar el aparato, el cual estuvo mes y medio fuera del país (lo repararon en Holanda), y cuya reparación costó sólo €1500. El detalle es que ahorita nos está dando el mismo problema, y tengo que ponerme a recopilar datos experimentales, llevar a cabo los diagnósticos del caso y ver si la empresa que lo vendió se hace responsable, es decir, vean en verdad que pasa y que lo reparen. No puede ser que vengo yo a trabajar con el aparato ese y esté comenzando a dar el mismo problema por él que se pagó anteriormente.
Mi segundo problema, de carácter teórico, se refiere a unas simulaciones que debo llevar a cabo para dilucidar el mecanismo con el que actúan los inhibidores de corrosión con los que trabajo. El detallazo es que no puedo acceder al programa que uso para hacer dichas simulaciones desde mi computador y por ello dependo de la persona que me está ayudando con éstas. Y para más INRI, esta persona me dijo a finales de septiembre que no podía usar su computadora hasta noviembre porque tenía mucho trabajo atrasado, y por tanto no podía contar con ella, que comprendiera. Frustración...
De lo que se desprende que me siento algo frustarad porque estoy teniendo problemas con mi investigación que no dependen de mí sino de factores externos, incluso ajenos a la propia investigación, si partimos del hecho que el aparato estaba funcionando bien cuando yo empecé y que la persona que me iba a ayudar ya se había comprometido conmigo. Es en estos momentos cuando uno mienta madre y quisiera estar trabajando en algo rutinario y ladilla, y no en el emocionante mundo de la investigación científica ... Lo peor es que no puedo culpar a nadie (errar es humano, más humano es echarle la culpa a los demás) salvo a mí mismo por haber decidido meterme en este paquete. Gajes del oficio le llaman a esto.
El problema práctico es el siguiente: tenemos un aparato, un potenciostato, con el cual llevamos medidas de impedancia electroquímica (similar a aquella observada en circuitos electrónicos) para caracterizar superficies. Hacia mediados de este año tuvimos un problema con el aparato: en ciertas frecuencias se observaban saltos que no seguían la tendencia general del aparato. Dichos saltos no estaban relacionados con los sistemas caracterizados, porque éstos se repetían en las mismas frecuencias independientemente de que estuviéramos estudiando. Eso nos llevó a mandar a reparar el aparato, el cual estuvo mes y medio fuera del país (lo repararon en Holanda), y cuya reparación costó sólo €1500. El detalle es que ahorita nos está dando el mismo problema, y tengo que ponerme a recopilar datos experimentales, llevar a cabo los diagnósticos del caso y ver si la empresa que lo vendió se hace responsable, es decir, vean en verdad que pasa y que lo reparen. No puede ser que vengo yo a trabajar con el aparato ese y esté comenzando a dar el mismo problema por él que se pagó anteriormente.
Mi segundo problema, de carácter teórico, se refiere a unas simulaciones que debo llevar a cabo para dilucidar el mecanismo con el que actúan los inhibidores de corrosión con los que trabajo. El detallazo es que no puedo acceder al programa que uso para hacer dichas simulaciones desde mi computador y por ello dependo de la persona que me está ayudando con éstas. Y para más INRI, esta persona me dijo a finales de septiembre que no podía usar su computadora hasta noviembre porque tenía mucho trabajo atrasado, y por tanto no podía contar con ella, que comprendiera. Frustración...
De lo que se desprende que me siento algo frustarad porque estoy teniendo problemas con mi investigación que no dependen de mí sino de factores externos, incluso ajenos a la propia investigación, si partimos del hecho que el aparato estaba funcionando bien cuando yo empecé y que la persona que me iba a ayudar ya se había comprometido conmigo. Es en estos momentos cuando uno mienta madre y quisiera estar trabajando en algo rutinario y ladilla, y no en el emocionante mundo de la investigación científica ... Lo peor es que no puedo culpar a nadie (errar es humano, más humano es echarle la culpa a los demás) salvo a mí mismo por haber decidido meterme en este paquete. Gajes del oficio le llaman a esto.
investigación, problemas, doctorado
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