jueves, julio 21, 2005

¡Qué Viva el Rey! II

En el post anterior proponía que nos dejáramos de paja y nombraramos rey a nuestro bien amado presidente, y en éste me propongo dar algunas pocas razones para eso. En un principio creí que podía hacer algo gracioso, pero creo que la musa me ha abandonado, así que será más bien un post melodramático..


Un poco de historia...


Como bien saben todos aquellos que algouna vez vieron Historia de Venezuela en la escuela, durante el siglo XIX Venezuela vivió una serie de guerras civiles en las que la idea fundamental detrás de cada una de ellas era el muy criollo "quítate tú para ponerme yo". De entre esas más de 100 guerras, creo que la única que tenía algún tipo de idea reivindicatoria para las masas desfavorecidas fue la Guerra Federal, la cual de todas maneras terminó convirtiéndose en un (y valga repetirlo) "quítate tú para ponerme yo". Esta actitud provocó a no de los grandes políticos venezolanos de la época afirmar que "Venezuela es como un cuero seco: la pisas de un lado y se levanta del otro". Guzmán Blanco sabía lo que decía, ya que él llegó donde llegó montándole la pata encima a sus competidores. Esta actitud la ilustra muy bien Ramón J. Velázquez en su libro "La Caída del Liberalismo Amarillo. Drama de Antonio Paredes" (creo que el nombre del tipo era éste). El autor en un capítulo describe como estos individuos que nunca ven más allá de sus intereses personales.


Estos caudillos veían a la nación y al estado como una forma de obtener dinero y prestigio social rápidamente (recuerdo que Rómulo Gallegos describe esto un cuento). Muchos trataron hacer de Venezuela su hacienda, o en la mayoría de los casos, la parte de Venezuela que le correspondía. Originarios de la Guerra de Independencia, o de la Federal, se convertían en pequeños reyezuelos de su región y que cuando no les gustaba el gobierno de turno (sea que éste no les daba las suficientes prebendas o les pedía más de lo que querían dar, o porque les venía en gana), se alzaban contra éste.

El liderazgo de estas personasera basado principalmente en su carisma y en su cualidad de pastores de hombres más que en sus ideas o en lo correcto de los propósitos. También es importante recordar que todas estas "revoluciones" eran en nombre del pueblo de Venezuela, y que éste era el primer olvidado al llegar al poder.


No se puede decir que esto sea 100% culpa suya, simplemente esos individuos no tenían idea de otra forma de gobierno, debido a que en las colonias españolas nunca existió algo similar a un parlamento, y las Cortes tuvieron poca influencia en la España anterior a la invasión napoleónica. Por tanto, con el absolutismo como único modelo político conocido, no es de extrañar que eso sucediera. De hecho, creo que San Martín era de la idea de importar algún noble de Europa, hacerlo rey y que gobernase las ex-colonias española, sólo que para ese tiempo estaba muy de moda eso de formar repúblicas, hacer congresos, crear parlamentos, digamos que las ideas de las Revoluciones Francesas y Gringas así que la idea fue desechada; además para esa época, esa idea no era nada descabellada, más bien lo descabellado era ¡formar una república!: elecciones, igualdad ante la ley, remoción de privilegios y un largo etcétera, que eran perfectamente desconocidos en la rígida estructura de castas de la Venezuela colonial. Vallenilla Lanz en su libro "Cesarismo Democrático" dice acertadamente que estos patricios decidieron de buena gana despojarse de sus privilegios en nombre del bien común. Lo que no dice es que eso lo hacían de los labios pa' fuera, y que trataron de mantener esos privilegios por otros medios.


Entonces, tenemos un país en el siglo XIX manejado por caudillos, cuya única ley era su voluntad, la cual era barnizada con mecanismos legales (creo que fue Monagas quien decía que la constitución servía para todo). Esta sociedad pare aquella del siglo XX, al cual entramos con más de 30 años de atraso.


Siglo XX.


Es en siglo anterior cuando entra en Venezuela la idea de gobiernos verdaderamente nacidos de elecciones y no de la voluntad del caudillo de turno. Cierto, hubieron sus buenos tropezones en 1945 y 1948, además de los alzamientos menores (es decir aquellos que fracasaron) como el Carupanazo, el Porteñazo, la Guerrilla, y los del 4/2 y 27/2 de 1992, pero al final la democracia se afianza en la conciencia nacional, el respeto por el imperio de la ley y el desuso de los caudillos. Error. Hay nuevos caudillos, pero éstos ya no usan fusiles sino un verbo encendido para captar seguidores. Gente que promete el cielo en la tierra, pero en realidad sólo piensa en llenarse los bolsillos con los dineros públicos. Sólo cambia que ahora son civiles. Y en cuanto al respeto de la ley, hay varios ejemplos recientes de como la ley es despreciada e irrespetada por estos nuevos caudillos.


Lo que llama la atención es que éstos también usan el pueblo de Venezuela como su motivación principal para llegar al poder, para luego olvidarse de llos y hacer lo que les diera la gana. El mejor ejemplo que puedo dar es el de Jaime Lusinchi (¿se acuerdan?), quien siendo democráticamente electo ejerció la mayor represión a la prensa escrita usando Recadi como herramienta, con controles sobre el poder judicial (la célebre Manzopol) y que gracias a la mejor campaña desinformativa orquestada en tiempos modernos, ha sido el presidente que ha dejado el cargo con los mayores índices de popularidad en tiempos modernos. De más está decir que él y miembros de su equipo de gobierno hicieron lo que le dió la gana, y se cagaron en la justicia. ¡Y todo en nombre del pueblo!.


Ahora, creo que hay suficientes razones para ver como la democracia ha sido un fracaso en nuestro país y como nuestra élite gobernante ha despreciado los más elementales valores democráticos y republicanos. Y nos lleva al camino, si no de las dictaduras, al de una monarquía, cosa que propodré en el próximo post.



K-2