viernes, diciembre 22, 2006

En Venezuela

Escribo estas líneas desde la casa de mis padres en Caracas. Así es en estos momentos este servidor se encuentra en Venezuela para pasar las vacaciones de navidad junto con su esposa y demás familiares. Para quien pueda estar interesado, llegué el 15/12 en el vuelo de Iberia desde Madrid pasando por pocas vicisitudes, a diferencia de la última vez que viajé para acá (ver aquí). A pesar de eso, este viaje tuvo varias fuentes de emoción: taxis de madrugada, equipajes perdidos, retrasos, puente aéreo, trocha y colas, muchas colas. ¿Qué más se puede pedir por 812,45 euros por persona?

Motivos.

Para nosotros este ha sido un año movido: mi suegro murió, un tío de mi esposa también, mi madre fue operada de cataratas, un pana perdió su madre, otro su abuela, a mi viejo casi le da un infarto y un largo etcétera. Esto nos llevó a la conclusión de que al menos esta navidad la teníamos que pasar acá, porque de lo contrario no volveríamos sino hasta el 2008. El hecho de viajar a navidad hizo el comprar los pasajes una misión cuesta arriba debido a que diciembre es temporada alta por lo que son más caros y escasos (¡malditas leyes del mercado!). Con esas condiciones, y armados con tarjeta de crédito, la aprobación de nuestros jefes y unos euros en las manos, arrancamos a la aventura, escogiendo el 15/12 como fecha de partida. Esto nos hizo comprarlos con Iberia, en septiembre, relativamente caros y con una ruta ligeramente mamante: Milán-Barcelona, Barcelona-Madrid, Madrid-Caracas, envidiable, ¿no?. ¿La razón?, esas eran las condiciones que nos daban el pasaje más barato.

El viaje: Milán.

Debido a que salíamos desde Milán a las 7:15 AM, y que había peligro de huelga de autobuses, decidimos irnos en taxi a eso de las 5:00 AM. Menos mal que el aeropuerto de partida era Linate1, lo que hizo que el taxi costara sólo 19,50 euros. Lo malo es que nos teníamos que levantar a las 4:00 AM, pero por cuestiones de último minuto nos acostamos a las 11:00 PM, y con los nervios, ya a las 3:10 estábamos despiertos. Pregúntenme si dormimos en el vuelo.

Luego de pasar las maletas, ligando que los regalos llegaran bien a su destino, nos encontramos con una conocida italo-venezolana que también iba a estas tierras a pasar las navidades en el "caldo". Juntos, nos montamos en el avión a Barcelona, dispuestos a dormir lo que pudiéramos.

El viaje: Barcelona y Madrid.

Ignoro si llegamos a tiempo a Barcelona, o más bien fue tarde, el hecho es que entre la hora de llegada y la de partida teníamos 50 minutos. Minutos que fueron gastado yendo desde un avión al otro, con intermedio de cola para que nos sellaran los pasaportes. Aquí nos sucedió algo ¿cómico?: el policía de aduanas cuando sella nuestros pasaportes nos pide el permiso de residencia italiano, y yo me pregunto ¿para qué lo quiere si vamos de salida?. En fin, lo mostramos y arrancamos.

El avión que nos transportaba a Madrid era lo que Iberia denominaba puente aéreo: todos los que salían con destino a las Américas cogían el mismo vuelo, no importaba si el destino era Lima, Bogotá, Caracas, Santo Domingo o Nueva York, todos íbamos juntos. El viaje no tuvo mayores novedades, pero la verdadera emoción comenzaba.

En Madrid, corrimos como locos al terminal que nos correspondía, para descubrir que nuestro vuelo tenía una hora de atraso. Pero lo que hizo más emocionante nuestra estadía fue la nueva revisión que nos hicieron en el aeropuerto de Barajas, dando entender la poca confianza que tienen en ese aeropuerto hacia sus pares europeos. Otra cosa que le añadió pimienta a la estadía en este aeropuerto fue el simpático sentido del humor de los empleados de Iberia, quienes nos juraron, por este puñado de cruces, que el avión no iba a llegar con retraso. No sólo llegamos a Maiquetía con retraso, sino que éste era de 1 hora y media. Mis padres también encontraron esto muy divertido.

Dentro de Barajas, nos dedicamos a curiosear las tiendas, lo que nos sirvió para matar los regalos navideños de los familiares del sexo femenino (¡qué arrecho es el damasquinado!2), y gracias a la muchacha con la que viajamos conocimos que hay un mundo mejor, sólo que cuesta un poco más: nada como las salas VIP para hacer sentir que no tienes plata. ¿Problemas?, bueno, uno: cuando encendí mi laptop para usar los puntos Wi-Fi del aeropuerto, tuve que apagarla antes de que terminara de cargar Windows y cuando la reencendí en casa de mis viejos, no se cargaba bien, sino que se reiniciaba automáticamente. Parece que tendré que reinstalar windows, menos mal que todo lo importante está salvado en un backup.

Una vez agarrados los corotos y metidos en la cola, partimos hacia Venezuela cargados de cansancio y alegría, con ganas de ver a familiares y amigos.

El Viaje: Maiquetía.

El viaje hasta Maiquetía no tuvo ninguna novedad: dormimos, comimos, vimos películas, etc. El único detalle es que no nos dieron las planillas del SENIAT e Inmigración.

Al llegar a Maiquetía, tuvimos un encuentro con una gran cantidad de sorpresas que nos dejaron con la boca abierta. La primera fue la parte inmigración: ordenada, limpia, grande. Coño, ¡hasta parecía del primer mundo! (felicidades a los del IAAIM). Rápidamente sellaron nuestros pasaportes y pasamos a las bandas infinitas a recoger nuestros equipajes. Acá tuvimos la segunda sorpresa: las maletas no llegaron. Nos enteramos que las maletas se quedaron en Barcelona, nunca llegaron a abordar los otros vuelos y llegaban al otro día (el 16/12). Mentadas de madre aparte, nos dimos cuenta de lo organizados que están con lo del equipaje perdido porque ya eso estaba en el computador, ergo, debe ser algo muy frecuente en Iberia. Agradecimos que fuese invierno, así el queso y los salamis que traíamos no se iban a joder al dejarlos a la intemperie.




Actualización 23/12/06: Ignoro por qué, pero Blogger no publicó la parte final de este post, la cual redactaré proximamente.

1Linate es para Milán lo que La Carlota es para Caracas, sólo que en vez de estar rodeado por la ciudad está en las afueritas. Como si La Carlota estuviera en Mampote (para los lectores no caraqueños, no sé como explicarles).
2Si quieren saber que es damasquinado, ¡búsquenlo en Google!, no sean flojos.

, , ,,,

5 comentarios:

  1. Saludos, por ahí hay algunos otros blogueros de paso ¿Será que el tiempo dé para un par de cervezas?

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  2. Al menos puedes viajar... (que chimbo que por esas circustancias pero viajas).

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  3. Siempre hay tiempo para echarse unas frías, Topocho

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  4. Bentornato a casa e auguri di buone feste... >:)

    Un caro saluto,

    Bruno

    PS: appena posso ti linko.

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  5. Saludos Mamarracho tiempo sin pasar por aqui!!!!!

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