viernes, noviembre 11, 2005

Revueltas en Francia.

Con las revueltas en Francia, ha salido nuevamente sobre el tapete el problema de la integración entre inmigrantes y los nacionales de un país. Mucho se ha dicho sobre las diversas causas, las cuales pueden ser resumidas en una sola condición: racismo. Todos los análisis que he leído de las diversas causas que han provocado estos enfrentamientos confluyen en ese punto: desde la ausencia de oportunidades de trabajo hasta el desprecio recibido en las discotecas. Y es la acumulación de rabia por estas molestias cotidianas lo que da origen a esta escalada de violencia, que sólo necesitaba una excusa para explotar.

Pero, ¿es este racismo evidente?, según la BBC sí: en entrevista hecha al importante industrial francés Yazid Sabeg, éste lo confirma: el sector corporativo francés, así como su sociedad son fuertemente racistas. Éstas afirmaciones las vuelve a sostener en una entrevista que le da al "Corriere della Sera", publicada el 8/11/05 (pág. 3), en donde propone el uso del sistema de cuotas para favorecer el ingreso al mercado de trabajo a aquellos que pertenecen a minorías, es más dice textualmente:
"No es posible que los franceses negros estén representados sólo en la selección de fútbol: el sistema de las cuotas no es un tabú"
Ahora bien, la otra cara de la moneda la tomo de un blog: un blogger iraní, Mr Behi1, desea saber más y le pide su opinión a un amigo francés. Éste le responde más o menos así: ellos tienen su cuotaparte de culpa por no haberse querido integrar a la sociedad francesa, que no han recibido una buena educación en su casa y caen fácilmente en la violencia, agrediendo y robando a aquellos que viven en su área. Racismo, simplemente, pero no de parte de la mayoría, sino del minoría que no desea integrarse, que ve con desprecio la cultura que la acoge y no desea integrarse a ésta.

Pero volvamos a otra opinión interesante: en el blog de Luigino, hay un comentario firmado por JC,quien afirma que "la sociedad francesa no es discriminadora en comparación con otras sociedades europeas", y enumera una serie de razones:
"El problema es la nueva ola de inmigración, que son discriminados por razones administrativas. El problema es la falta de flexibilidad de algunos colectivos, que tienen muchos problemas a la hora de adaptarse a su nuevo entorno. El problema es el Estado, que no ha sabido vislumbrar el problema antes, y no ha implementado politicas sociales más agresivas. El problema, es Sarkozy, y el auge de la extrema derecha en Francia y algunos paises europeos..."
Coincidiendo con la opinión de este francés citado por Mr Behi, e introduce un nuevo factor, también mencionado el Sr Sabeg: el fracaso de las políticas de integración impuestas por el gobierno francés en los últimos 30 años, las cuales se han mantenido constantes durante los diversos gobiernos, independientemente de su ideología.

Racismo en el pueblo inmigrante y en el pueblo acogedor, fracaso de las políticas de integración implementadas por el gobierno y falta de oportunidades. Un cóctel bastante explosivo.

El punto musulmán.

A lo anterior se debe añadir la opinión generalizada en la que éste problema es sólo una arista más del enfrentamiento entre el occidente cristiano-secular y el oriente islámico, en donde grupos ubicados a ambos extremos tratan de reforzar esta visión consciente o inconscientemente. Y lo que dice Lubrio en uno de sus comentarios es muy importante:
"Por cierto, no son sólo los jóvenes musulmanes los que protestan; es una mezcla de gente pobre de múltiples nacionalidades."
En otras palabras (las mías), sucede que la mayoría de los que protestan vienen del norte de áfrica, la mayoría son de piel oscura y la mayoría es musulmana, pero eso no quiere decir que TODOS ellos son musulmanes, y que por ser musulmanes, como sostienen los medios de países musulmanes como Iran (tal como dice Mr Behi) no los hace automáticamente héroes de esta lucha entre moros y cruzados, o de francos y musulmanes.

El problema es complejo: implica, por parte del inmigrante, asimilarse al país de recepción sin que eso lo obligue a abandonar sus costumbres; y por parte de la sociedad que lo acoge, aceptar a éste nuevo componente que posee una indiosincrasia diversa. Aceptar al otro, respetar al otro, suena sencillo, vemos que no lo es.

1No, no hablo persa, el blog está en inglés.

2 comentarios:

  1. Según tengo entendido la sociedad Francesa es demasiado cerrada, en el sentido que no aceptan otras culturas fácilmente, creo que era una cuestión de tiempo para que estas revueltas se presentaran (lo que no deja de ser lamentable), cuando todo se calme, la sociedad Francesa en general debe replantearse su situación frente a los inmigrantes.

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  2. Ese futurologo-sociólogo A. Toffler ya había en cierta forma señalado estas explosiones sociales en su libro La Tercera Ola y también tocaba el tema en "El shock del futuro".
    Las explosiones sociales espóntáneas serán cada año más fuertes en las ciudades europeas señalaba en algùn capítulo por ahí.
    Saludos.

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