martes, agosto 21, 2007

Regresando de vacaciones.

Pues sí, me estoy reincorporando a mis labores cotidianas, luego de haber tenido dos semanas de vacaciones, de las cuales una las pasé con mi esposa en la playa, mientras la otra la dedicamos a estar echados en nuestra casa. Ya con las pilas puestas y sin ánimos de regresar, henos aquí en la universidad finiquitando varios detalles para la tesis, ya que se acerca cada vez más el fatídico día en el que tendré que entregarla (no porque no quiera, sino porque simplemente me asusta).

En fin..., este verano no hicimos unas vacaciones culturales, sino de playa. Fuimos a la Puglia (Apulia en español), región que corresponde al tacón de la bota italiana. ¿Por qué ir hasta allá?, pues en primer lugar porque era más barato que otras playas. El único detalle fue el tener que recorrer 1200 km para llegar al pueblo donde nos quedamos, Torre San Giovanni, ubicado casi en la punta del tacón de la bota. Debido a esta distancia tan larga, hicimos una parada en la ciudad costera de Pescara, justo a mitad de camino, en donde los empleados del hotel donde nos quedamos a pasar la noche al ver nuestros pasaportes venezolanos nos dijeron que en las cercanías había un "pub venezolano".

Siguiendo sus indicaciones, llegamos al lugar y descubrimos que el sitio más que un pub era una taguara dedicada a la venta de comida rápida venezolana, tales como arepas, empanadas, cachapas, y hamburguesas venezuelan style: con papitas fritas, tomate, lechuga, mucha salsa, cebolla, queso y huevo frito; así como perros calientes y otras variedades de hamburguesa venezolana. El propio sitio inspirado en una de las calles del hambre que se encuentran en nuestra geografía. El sitio, atendido por sus propios dueños, goza de bastante popularidad entre turistas, locales e inmigrantes venezolanos. Ante nuestra sorpresa, el dueño nos comentó que el Abruzzo es una región en donde hay una gran colonia venezolana, lo que nos confirmó uno de los comensales del sitio: al parecer muchos han decidido regresar a la tierra de sus padres/abuelos a probar suerte, dada la situación económica de Venezuela en la actualidad. Repletos de comida que teníamos tiempo sin probar (nos da flojera hacer empanadas), descansamos esa noche y finalizamos nuestro recorrido.

En el tacón de la bota...

Una vez que partimos hacia al sur, no tuvimos mayores problemas, salvo una cola más o menos grande a la altura de Bari, para luego pasar al árido paisaje pugliese, en donde sólo observamos plantaciones de olivos, trigo y vid. De hecho, la región donde fuimos (la península salentina) tiene como productos típicos el aceite, la pasta y un vino particularmente fuerte. Afortunadamente, nuestra estadía tuvo como única novedad interesante el hecho de que hacía mucho tiempo y que las playas eran particularmente bellas: de arenas blancas y aguas transparentes. Por supuesto, no nos limitamos sólo a bañarnos en la playa y tomar el sol, fuimos a Santa María de Leuca, el punto más al sur de la Italia Oriental, así como Lecce, una ciudad bastante bonita y tranquila. Por supuesto hay fotos de todo eso, sólo tienen que darle un ojo a mi página en Flickr, en donde podrán verlas. A continuación dejo dos de éstas.

Así que bueno, oficialmente, he regresado a trabajar.

Paisaje Pugliese.
Paisaje Pugliese


Playa en Torre San Giovanni.
Torre San Giovanni.

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4 comentarios:

  1. bienvenido de vuelta a la blogósfera! preciosa la foto!

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  2. oye y como se fueron en tren? Yo fui a calabria y me cale los 1200 km hasta asti, de bajada en carro y de subida en tren!!! que horrible, una pesadilla total!!!
    Gracias por el dato del pub-venezolano, la verdad es que iria hasta alla solo para comer!!!!!!
    Saludos y que bueno -dentro de lo malo de regresar al trabajo- que has publicado!!!

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  3. Tcalo: fuimos con un pana en carro, el manejó los 1200 km.

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  4. Yo estuve alli el año pasado con una camper (casa rodante) y unos amigos, pero desde Torre del Greco (Napoli).

    Pescamos 2 pulpos y una variedad de otros pescaditos, pero solo llegamos hasta Gallipoli. El mar es por supuesto una belleza, sobre y bajo la superficie.

    Solo me queda el resquemor de no haber visitado Lecce.

    Pero si bebimos vinos Primitivo y Negroamaro en Manduria, que tiene su museo del vino, y una venta al por mayor de vino dentro del museo que lo que parece es una bomba de gasolina, por cuanto el vino te lo sirven con dispensadores, a 0.80-1.30 el litro. Pero es todo muy bueno y MUY FUERTE (13-14 grados alcoholicos).

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