Prosigo con mis impresiones de mi última visita a Venezuela. La entrada anterior sobre el tema se consigue acá.
¡Ta' barato!, ¡¡dame cuatro!!
Una cosa que observé durante mi estancia en Venezuela es que sentía que había plata en la calle. Realmente se sentía una orgía consumista en cualquier lugar: ibas al Sambil y gente comprando; ibas a las Américas1 y la gente comprando como si no hubiera un mañana. Si ibas a busca un celular en oferta, ¡ya estaba agotado!. En otras palabras hay una gran cantidad de dinero en la calle que recuerda los días de la famosa Venezuela Saudita2, y al parecer no hemos aprendido de dicha experiencia... ¡Hasta tenemos un "Locoven" redivivo!... -_-. ¿Las razones de este boom económico?, pues no es razón de esta entrada discernirlo cuando ya hay quien lo ha hecho, recomiendo chequear algunos de estos enlaces en "El Liberal Venezolano" (1, 2) y "The Devil's Excrement" (1, 2). Para quien le dé flojera leer esos enlaces, la razón es el exceso de liquidez que actualmente hay en circulación lo que ha provocado ese aumento en el consumo.
Siguiendo con la onda del consumo, también observé algo interesante sobre los precios de las cosas: son horrendamente caras. Es increíble lo caro que está todo, sobre todo los rubros que son tradicionalmente importados al país, como computadores y equipos electrónicos. Cuando veía los precios, éstos no me cuadraban y decidí anotarlos y compararlos con los precios acá en Italia; decidí usar televisores de pantalla plana como patrón (quiero comprarme uno), vi los precios en diversas tiendas del Sambil, los convertí en euros,tanto controlados como libres, y los comparé con los precios (de los mismo productos) que daba una tienda electrónica italiana (Media World3). ¿El resultado? las tiendas venezolanas tenían un sobreprecio entre el 40 y el 50% con respecto a su par italiano. Dicha discrepancia se podría explicar con dos razones: 1)el tradicional ladronismo de los comerciantes venezolanos (en especial los del Sambil); y 2)los altos impuestos que éstos pagan. El primer punto es que el observador dice sin pensar mucho, y que tiene algo de verdad, el detalle está en que a los precios que uno paga se le deben quitar al menos el valor del IVA y del impuesto de nacionalización. El primero no sé cuanto es, pero el segundo mi hermano me informó que alrededor del 30% del valor declarado del producto. Saquen Uds. sus propias conclusiones.
La elocuencia del silencio.
Esta fue una de las cosas que más me pegó: somos ruidosos que jode. En cualquier centro comercial, calle o edificio, todo era una rumba prendida. Recuerdo haber estado en Parque Aragua1, en donde te amenizaban tus compras con un grupo de gaitas y una miniteca a todo gañote, sin contar la música que salía de algunos negocios. Lo cual al contrastarlo con el equivalente italiano te permitía concluir que el clima, definitivamente, influye en los estados de ánimo. Uno se da cuenta que el espíritu festivo del venezolano está fuertemente ligado a como es nuestro clima, porque eso de poner en el estacionamiento un grupo de gaitas lo veo difícil en caso de que tuviéramos invierno.
Por supuesto, la música no era la única fuente de ruido, también estaban los niños. Esa es una cosa que es imposible no dejar de notar: niños por todos lados, gritando, jugando, volviendo locos a sus padres. Cuando ves la cantidad de cosas que hay pensadas para los niños y la enorme cantidad de éstos, notas la gran diferencia entre un país joven, como nosotros, y un país viejo, como Italia. Como corolario de esto, está la gran cantidad de mujeres embarazadas que se ven por doquier. Es como dice Caribe, en Venezuela paren como acures ;).
El monte es para los conejos.
Sonaré repetitivo, pero nada como alejarse un poco de nuestro terruño para notar lo interesante de nuestra cotidianidad. Una de estas cosas es la dieta del venezolano, la cual es excesivamente rica en proteínas y carbohidratos. No es que uno no lo notara cuando uno cocina pero cuando llegas a casa de algún familiar y lo que ofrecen para comer es algún derivado cárnico acompañado con arroz y ensalada, algunas veces de papas, te das cuenta que sin carne no vivimos. Pareciera que para tener una comida que consideramos decente, la carne debe estar presente. Sin carne no hay comida. Y nadie como la propia familia para notar eso, como mi madre, par quien un almuerzo sin carne no es un almuerzo completo, o una cena ligera es una arepa con queso. Convicción de la que se hace participe mi suegra. Pero es así, si uno se fija bien nuestra dieta gira en torno a la carne, acompañada con arroz o arepas. Por supeusto, no podemos olvidar las leguminosas, pero ¿ensalada?, poca, muy poca. Nosotros, definitivamente, no comemos monte.
Un líder...
Para concluir, me limito a nombrar la cuasi omnipresencia del presidente en todos lados, sea como gigantografías, pancartas o caricaturas. Definitivamente está en todas partes. Lo que vale la pena preguntar es ¿quién paga?, por ejemplo, esa pancarta que estaba (no sé todavía está) a lo largo de una de las torres de Parque Central. Supongo que la pagamos todos los venezolanos... En todas partes se ve una imagen de Chávez haciendo o diciendo algo. Es algo como omnipresente. De hecho, si eso aunamos los poderes especiales que ahora tiene, estar del lado que le adversa es un poco atemorizante. ¿Por qué?, bueno, hay una gran tajada de personas que sostiene que Venezuela es una dictadura con visos de fascismo, los cuales se convierten a la paranoia como si fuese una religión. Un ejemplo de ésto es el dado por mis padres: sostienen que se debe hablar en voz baja, porque no se sabe quien lo está oyendo a uno; no criticar al gobierno frente a extraños, y un largo etcétera. Pongamoslo así: cuando descubrieron que tengo un blog y que en éste he criticado a este gobierno, faltó poco para que se pusieran a ver si la DISIP estaba llegando a la casa. De nada sirvió decirles que escribo con un seudónimo (aunque he dejado suficientes pistas sobre mi identidad en mis escritos), que nadie conoce quien soy (salvo tres bogueros), que no me visita tanta gente como para ser notado por los censores gubernamentales (mi pico máximo han sido 123 personas en un día) o que hay otros blogueros de la oposición quienes tienen más probabilidades que este servidor de ser encanados. Mi madre con lágrimas me pidió que no criticara al gobierno porque me podían meter preso, que "somos unos pendejos", mientras mi padre se preocupaba enormemente por mí. El miedo es libre, como dijo aquel sindicalista adeco. Pero esto demuestra el miedo que ha logrado sembrar el gobierno en cierto sector de la población, independientemente de haber sido hecho de forma directa o indirecta.
Sólo me queda decir que a Venezuela me da miedo volver, que mucho de lo que vi me ha hecho reflexionar sobre mi futuro, y que la idea de abandonar permanentemente mi tierra se ha visto reforzada. He descubierto que hasta cierto punto soy un extraño en mi tierra, así como soy un extraño en Italia, y me doy cuenta de mi grado de desconexión con la realidad venezolana: no es lo mismo leerlo u oírlo que vivirlo. Siento que mi realidad es otra y que ya no pertenezco a aquella en la que nací y crecí...
1Centro comercial de Maracay.
2Para aquellos lectores que no son Venezolanos: con ese nombre se conoce la época del boom petrolero que hubo entre mediado de los 70's y principio de los 80's del siglo pasado.
3Sí, sé que es alemana, pero comparé con los precios italianos.
Venezuela, economía, política, chavismo
¡Ta' barato!, ¡¡dame cuatro!!
Una cosa que observé durante mi estancia en Venezuela es que sentía que había plata en la calle. Realmente se sentía una orgía consumista en cualquier lugar: ibas al Sambil y gente comprando; ibas a las Américas1 y la gente comprando como si no hubiera un mañana. Si ibas a busca un celular en oferta, ¡ya estaba agotado!. En otras palabras hay una gran cantidad de dinero en la calle que recuerda los días de la famosa Venezuela Saudita2, y al parecer no hemos aprendido de dicha experiencia... ¡Hasta tenemos un "Locoven" redivivo!... -_-. ¿Las razones de este boom económico?, pues no es razón de esta entrada discernirlo cuando ya hay quien lo ha hecho, recomiendo chequear algunos de estos enlaces en "El Liberal Venezolano" (1, 2) y "The Devil's Excrement" (1, 2). Para quien le dé flojera leer esos enlaces, la razón es el exceso de liquidez que actualmente hay en circulación lo que ha provocado ese aumento en el consumo.
Siguiendo con la onda del consumo, también observé algo interesante sobre los precios de las cosas: son horrendamente caras. Es increíble lo caro que está todo, sobre todo los rubros que son tradicionalmente importados al país, como computadores y equipos electrónicos. Cuando veía los precios, éstos no me cuadraban y decidí anotarlos y compararlos con los precios acá en Italia; decidí usar televisores de pantalla plana como patrón (quiero comprarme uno), vi los precios en diversas tiendas del Sambil, los convertí en euros,tanto controlados como libres, y los comparé con los precios (de los mismo productos) que daba una tienda electrónica italiana (Media World3). ¿El resultado? las tiendas venezolanas tenían un sobreprecio entre el 40 y el 50% con respecto a su par italiano. Dicha discrepancia se podría explicar con dos razones: 1)el tradicional ladronismo de los comerciantes venezolanos (en especial los del Sambil); y 2)los altos impuestos que éstos pagan. El primer punto es que el observador dice sin pensar mucho, y que tiene algo de verdad, el detalle está en que a los precios que uno paga se le deben quitar al menos el valor del IVA y del impuesto de nacionalización. El primero no sé cuanto es, pero el segundo mi hermano me informó que alrededor del 30% del valor declarado del producto. Saquen Uds. sus propias conclusiones.
La elocuencia del silencio.
Esta fue una de las cosas que más me pegó: somos ruidosos que jode. En cualquier centro comercial, calle o edificio, todo era una rumba prendida. Recuerdo haber estado en Parque Aragua1, en donde te amenizaban tus compras con un grupo de gaitas y una miniteca a todo gañote, sin contar la música que salía de algunos negocios. Lo cual al contrastarlo con el equivalente italiano te permitía concluir que el clima, definitivamente, influye en los estados de ánimo. Uno se da cuenta que el espíritu festivo del venezolano está fuertemente ligado a como es nuestro clima, porque eso de poner en el estacionamiento un grupo de gaitas lo veo difícil en caso de que tuviéramos invierno.
Por supuesto, la música no era la única fuente de ruido, también estaban los niños. Esa es una cosa que es imposible no dejar de notar: niños por todos lados, gritando, jugando, volviendo locos a sus padres. Cuando ves la cantidad de cosas que hay pensadas para los niños y la enorme cantidad de éstos, notas la gran diferencia entre un país joven, como nosotros, y un país viejo, como Italia. Como corolario de esto, está la gran cantidad de mujeres embarazadas que se ven por doquier. Es como dice Caribe, en Venezuela paren como acures ;).
El monte es para los conejos.
Sonaré repetitivo, pero nada como alejarse un poco de nuestro terruño para notar lo interesante de nuestra cotidianidad. Una de estas cosas es la dieta del venezolano, la cual es excesivamente rica en proteínas y carbohidratos. No es que uno no lo notara cuando uno cocina pero cuando llegas a casa de algún familiar y lo que ofrecen para comer es algún derivado cárnico acompañado con arroz y ensalada, algunas veces de papas, te das cuenta que sin carne no vivimos. Pareciera que para tener una comida que consideramos decente, la carne debe estar presente. Sin carne no hay comida. Y nadie como la propia familia para notar eso, como mi madre, par quien un almuerzo sin carne no es un almuerzo completo, o una cena ligera es una arepa con queso. Convicción de la que se hace participe mi suegra. Pero es así, si uno se fija bien nuestra dieta gira en torno a la carne, acompañada con arroz o arepas. Por supeusto, no podemos olvidar las leguminosas, pero ¿ensalada?, poca, muy poca. Nosotros, definitivamente, no comemos monte.
Un líder...
Para concluir, me limito a nombrar la cuasi omnipresencia del presidente en todos lados, sea como gigantografías, pancartas o caricaturas. Definitivamente está en todas partes. Lo que vale la pena preguntar es ¿quién paga?, por ejemplo, esa pancarta que estaba (no sé todavía está) a lo largo de una de las torres de Parque Central. Supongo que la pagamos todos los venezolanos... En todas partes se ve una imagen de Chávez haciendo o diciendo algo. Es algo como omnipresente. De hecho, si eso aunamos los poderes especiales que ahora tiene, estar del lado que le adversa es un poco atemorizante. ¿Por qué?, bueno, hay una gran tajada de personas que sostiene que Venezuela es una dictadura con visos de fascismo, los cuales se convierten a la paranoia como si fuese una religión. Un ejemplo de ésto es el dado por mis padres: sostienen que se debe hablar en voz baja, porque no se sabe quien lo está oyendo a uno; no criticar al gobierno frente a extraños, y un largo etcétera. Pongamoslo así: cuando descubrieron que tengo un blog y que en éste he criticado a este gobierno, faltó poco para que se pusieran a ver si la DISIP estaba llegando a la casa. De nada sirvió decirles que escribo con un seudónimo (aunque he dejado suficientes pistas sobre mi identidad en mis escritos), que nadie conoce quien soy (salvo tres bogueros), que no me visita tanta gente como para ser notado por los censores gubernamentales (mi pico máximo han sido 123 personas en un día) o que hay otros blogueros de la oposición quienes tienen más probabilidades que este servidor de ser encanados. Mi madre con lágrimas me pidió que no criticara al gobierno porque me podían meter preso, que "somos unos pendejos", mientras mi padre se preocupaba enormemente por mí. El miedo es libre, como dijo aquel sindicalista adeco. Pero esto demuestra el miedo que ha logrado sembrar el gobierno en cierto sector de la población, independientemente de haber sido hecho de forma directa o indirecta.
Sólo me queda decir que a Venezuela me da miedo volver, que mucho de lo que vi me ha hecho reflexionar sobre mi futuro, y que la idea de abandonar permanentemente mi tierra se ha visto reforzada. He descubierto que hasta cierto punto soy un extraño en mi tierra, así como soy un extraño en Italia, y me doy cuenta de mi grado de desconexión con la realidad venezolana: no es lo mismo leerlo u oírlo que vivirlo. Siento que mi realidad es otra y que ya no pertenezco a aquella en la que nací y crecí...
1Centro comercial de Maracay.
2Para aquellos lectores que no son Venezolanos: con ese nombre se conoce la época del boom petrolero que hubo entre mediado de los 70's y principio de los 80's del siglo pasado.
3Sí, sé que es alemana, pero comparé con los precios italianos.
Hola, me has leido el pensamiento, a veces quiero volver a venezuela pero me da miedo,a veces me quiero quedar en italia pero no me gusta.... Mi madre tambien me dijo NO ESCRIBAS SOBRE CHAVEZ!!!! que puede ser peligroso..... Y como tu me siento una extrana sea donde estoy que de donde vengo!! (me recuerda la cancion de ricardo montaner Extranjero.)
ResponderBorrarGracias por hacer el viaje, por escribir estos posts, pq me corroboraste mi decision de no volver mas nunca a Venezuela.
ResponderBorrarNo lo pudiste poner mejor que cuando dijiste que eras un extrano en tu pais, pq tu pais ya no es el mismo, La Venezuela en la que crecimos fue destruida por el socialismo/comunismo (como le quieran llamar), no me extrana si dentro de cierto tiempo empiezan a destruir todo legado folklorico nuestro, tal como hicieron en China, Russia, etc.
Huyan mientras puedan, no me canso de decirlo.
Tcalo: "Extranjero" es de Franco de Vita.
ResponderBorrarGubatron: no sé si en realidad mi país no sea el mismo o es que yo soy distinto, pero si la Venezuela en la que crecí fue destruida no es solamente culpa de este gobierno, creo que todos tenemos aunque sea un poquito de responsabilidad. A fin de cuentas, ¿no fuimos los venezolanos quienes lo elegimos, a pesar de no haber votado por él?
...mi papa debe ser al menos primo de tu mama y de tu suegra porque para el, lo mismo, un almuerzo sin carne NO es comida :S
ResponderBorrarY bueno, yo realmente tambien pase por todas esas impresiones al volver a Venezuela este ano y es que hasta el taxista me lo comento cuando me sente en el primer taxi, me dijo:
"tu no vives aqui, verdad?"
a lo que yo no supe que decir, solo pregunte por que me lo pretuntaba y me dijo:
"porque antes de cerrar la puerta ya estabas buscando el cinturon de seguridad, estas preguntando por un taximetro y ese acento no es venezolano"
... no comments
Hola, he leído tu post, y cuanto me he identificado con el… También en mi Blog he hablado mal del gobierno, y allí uso mi nombre propio, mi hijo acá en Italia siempre me dice: - Madre no escribas mas sobre ese señor, tú siempre te la pasas en Venezuela y podrías ir presa….
ResponderBorrar…me da rabia tener que callarme la boca y mis pensamientos…
Lo que mas me exalta es ver como por culpa de este señor se ha desunido mi familia, llegando hasta el punto que algunos no se hablan entre ellos por no estar de acuerdo con el gobierno.
Igualmente el año pasado cuando estuve haya me sentí una extraña en mi propia tierra y así me pasa acá… He llegado a pensar que ya no pertenezco a ninguna parte… me suelo llamar ciudadana del mundo por mis extraños pensamientos y por ser tan incomprendidos… Que sigas bien--- y buen fin de semana.
Hola a todos, me llamo Victor (hago algun que otro comentario en el Blog de Slavetothepc "De todo hay en la viña del Señor", blog rockero y de critica al gobierno), y les escribo para confirmarles que el que escribio estas lineas tiene razon en lo que pudo apreciar por su corta visita aca en Venezuela, esto esta que parece las dictaduras de Musollini y Hitler juntas, este señor mas Fascista que el no hay, y como los Nazis los de clase media y los ricos junto con los que le son oposicion deben ser eliminados como los Judios.
ResponderBorrarHe intentado quedarme en Italia hace 2 años (fui en el otoño del 2004) y estube en Milan (para los conocidos italianos Milano), pero escogi la peor epoca del año porque todo se paraliza, los alquileres son muy caros (700 Euros o mas, y yo no tenia mas de 3000 Euros), y tube que sufrir la desgracia de cualquier italiano para conseguir trabajo (porque al ser hijo de italiano tengo la nacionalidad, y cuando metia mi curriculum en las agencias de empleo como Manpower me decian que esperara, y yo se el cuento de que todos meten sus papeles y les tocan esperar mas de 2 años para conseguir el trabajo ideal, y no se consigue trabajo facil almenos que sea como peon de fabrica y con experiencia, si estoy errado corrijanme) ademas de que el trato hacia mi persona era casi igual al que le dan a los inmigrantes ilegales o los que dicen por alla "extracomunitarios" y solo cambiaba si decia que era italiano y les hacia ver mi carta de identidad (cosa que me hizo molestar porque casi que me decian en la cara "estamos jodidos ¿y tu crees que tenemos trabajo para ti?, regresa a tu pais", pero ¿Italia no es tambien mi pais por ser mi papa de alla?, me arrecha ese egoismo que hay de todos los italianos hacia sus colonos del exterior).
Mi mail es victorinox75@hotmail.com, es por si alguien conoce en donde yo pudiera quedarme en Italia si debo irme para alla (ya que este Gorila con la Ley Habilitante puede cuadrarse las leyes para terminar de joder a sus opositores), porque aunque tenga familiares por alla en Italia viven en el sur (provincia de Salerno) y en esta parte del pais el trabajo es practicamente nulo y estaria molestandolos porque el dinero no les alcanza para mantener a un invitado (ya estube con ellos antes de regresarme a Venezuela y son personas ancianas), y porque no saben a quien me pueden mandar para un trabajo, por lo que dejo mi mail al que viva en Italia y quiera dar la mano a este compatriota italo-venezolano a terminar de establecerse en Italia (ya tengo mis papeles en regla), tanto en trabajo como en un techo.
Espero que alguien me responda y asi entablar una buena conversa, y yo no tengo miedo de decir lo que pienso porque si nos quedamos callados estamos dejando que este barco se termine de hundir, y si cae este Gorila no voy a esperar 50 años para que Venezuela este como el los 70´s.
Saludos y gracias por su atencion.
Victor Di Ruggiero.